25 de mayo de 2019

¿Tus necesidades o las mías?

¿Qué van primero? ¿Tus necesidades o las mías? ¡Las de todes!
Pues no.

En poliamor hablamos mucho de necesidades. 
El discurso tiene varias partes:
  1. Todes tenemos las mismas necesidades, pero maneras únicas y diversas de querer cubrirlas. Ejemplo: todes necesitamos comer, pero tú eres vegane y yo omnívora.
  2. Nuestras necesidades tienen límites, que pueden ser positivos, duros, negativos o flexibles. Ejemplo: yo necesito comer, pero no puedo comer marisco porque soy alérgica (es un límite negativo y duro - no quiero que pase, nunca). O intento comer 20g de proteína en cada desayuno (es un límite positivo y flexible - quiero que pase, cuando sea posible).
  3. La responsabilidad afectiva implica cubrir nuestras necesidades respetando los límites ajenos. Ejemplo: si yo necesito comer a la 1 pm todos los días (límite positivo y flexible), pero me acompaña alguien vegane (límite negativo y duro) y pasa la hora sin que encontremos ningún restaurante con comida para elle... Puedo ser responsable -en esta situación tan simplista que no tiene en cuenta ninguna otra necesidad por el bien de la ilustración: esperando a comer un poco más tarde pues mi límite es flexible o separando nuestros caminos y comiendo por mi cuenta. Si mi límite no es flexible, sólo puedo elegir separar caminos.
Creo importante destacar que todos los límites son legítimos. Sin importar si son elegidos (veganismo, la hora de comer) o impuestos (alergia). Respetar un límite es reconocer la autonomía y diversidad de las personas. Sin embargo, me parece necesario resaltar la decisión que tienen les individues sobre algunos límites; pues de ahí, tanto como de la decisión posterior respecto a cómo gestionarlos en colectivo (o individualmente), nace la responsabilidad.

Voy a trabajar con una serie de ejemplos -de mi vida real-, porque creo que aquí el meollo es que cada situación es verdaderamente única. 

Ejemplo 1:
Persona A está enferma y necesita llegar a casa1 lo antes posible (límite positivo y duro). Persona B está enferma y necesita llegar a casa2 lo antes posible (límite positivo y duro). Persona C no está enferma y necesita ahorrar dinero en el trayecto de transporte hacia casa2 (límite negativo -no gastar-).
Aquí, las opciones de lo responsable las delimitan A y B que tienen límites duros incompatibles. ¿Viven cerca y pueden "llegar lo antes posible" a la vez? O, ¿es necesario tomar rutas separadas? Una vez A y B acuerden, C podrá entrar a conversar con B (y con A en caso que vayan a ir juntes) si la ruta elegida será costo-eficiente o no.

Ejemplo 2:
Persona A tienen una crisis emocional y necesita apoyo inmediato, se lo solicita a persona B en exclusiva (límite positivo y duro). Persona B se encuentra en una cita planeada con persona C. Persona B necesita atender la crisis emocional. Persona C necesita estar acompañada.
Aquí, las opciones disponibles las delimita la persona A, al marcar un límite duro. Solo hay tres. B se va a acompañar la crisis de A y la necesidad de C se queda descubierta (dos personas satisfacen su necesidad). B se queda con C y descubre la necesidad de A (una persona satisface su necesidad). B no acompaña a A ni a C (nadie satisface su necesidad).

Sí, amiwis. Los límites duros delimitan las opciones de acción para las personas a nuestro alrededor. Esto no significa que haya que dejar de lado nuestro auto-cuidado y desechar o flexibilizar todos nuestros límites. En absoluto. Pero quizá vale la pena pensar, desde la responsabilidad afectiva, en qué posición dejamos a otres cuando los marcamos. ¿Les damos amplitud de elección? ¿Les obligamos a entrar en una dicotomía "elle o yo"? ¿Dejamos a alguien como C, con pocas opciones -o ninguna- de cubrir su necesidad?

¿Dónde nos estamos liando?

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