19 de diciembre de 2016

Parces

Cuando estaba a punto de tirar la toalla y perder la esperanza en encontrar grupos afines a mi forma de pensar en asuntos de identidad de género y orientación sexual... ¡Oh, gracia divina del beibi yisus vestido de rosa! Conozco a la ONG "parces" (colegas, para los castellanos). Un grupo joven, enérgico y lleno de planes para articular acciones en red que beneficien a distintos colectivos vulnerables; entre ellos la comunidad LGBTI.

Así que este es mi entrada positiva de rigor. Si me lees desde Quibdó, entonces sabes que hago por mitigar mi mirada crítica con una contraparte que aporte esperanza a la situación. Aquí está. No todo está perdido. La resistencia hacia el heteropatriarcado persiste y la gente que la lleva acabo es bella por dentro y por fuera.

Lo primerito, comentaros sobre esa 'I' tan importante. Qué interesante me parece que un país tachado de necesidad esté más avanzado en la integración de la intersexualidad dentro del imaginario organizacional que trata la diversidad que Europa. Porque, ¿a que nunca habíais oído, españoles, las siglas LGBT con una I detrás? Pues sí. Nos estamos dejando en nuestros planes de inclusión un sector fundamental de la diversidad sexual. No dudo que exista alguna asociación aislada. Pero, ¿por qué están aislades de la macro-lucha por la diversidad?

Lo segundo, hoy ha sido una gran liberación. Cuando llevas un tiempo defendiendo tus argumentos contra machistas, en una cultura que normaliza ese comportamiento y esas creencias, empiezas a cuestionarte si estarás exagerando. ¿Será que soy una radical? ¿Estaré realmente llevando al extremo esto de poner en primer lugar el feminismo en mis relaciones sentimentales?
Gracias, es lo único que puedo decir.
Muchas gracias mis parces, por confirmarme que NO. Y que tengo aliades.

Ha sido maravilloso descubrir que las mismas respuestas que he recibido yo son cosa estándar en la cultura, que no tenía que explicarme a fondo porque ya debíais haberlo oído más de una vez ("¿por qué tienes que plantearlo todo desde la perspectiva feminista en lugar de hablar sobre nosotros, tú y yo, como personas?", "¿gestionar los celos? ¡cómo puedes emplear una palabra tan operativa cuando se trata de sentimientos!").
Pero la mejor muestra de apoyo ha sido, sin duda, cuando al comenzar la conversación sobre temas más personales yo dije:
- Perdón, que hablo muy alto, es que cuando me emociono levanto mucho la voz.
- "Si es que las mujeres emocionales hablan demasiado alto", ¡levanta la voz todo lo que quieras!, ¡me encanta! Y si a alguien no le gusta lo que oye, puede alejarse.
Respondió él. Y así es como empoderamos mujeres. Así, como borramos inseguridades creadas por años y años de opresión social.

Desde el profundo respeto a las decisiones individuales de cada une, me alegro muchísimo de haber encontrado ideas, semilleros y planes de acción tan potentes. 

PODÉIS CONTAR CON UNA MÁS.

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